lunes, 4 de junio de 2007

1a Comparecencia ante la LX Legislatura

Secretaría General de la Cámara de Diputados

P R E S E N T E

Luis de Guerrero Osio y Rivas, con la personalidad acreditada ante esa Secretaría en mi denuncia para Juicio Político al Procurador General de la República Eduardo Medina Mora fechada el 29 de mayo del presente, y ratificada ante ustedes el 30 del mismo mes; comparezco a presentar el complemento a mi denuncia con precisiones relativas a la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, más hechos supervenientes, y atentamente pido:

ÚNICO: Se anexe este escrito al ya turnado a la Subcomisión de Examen Previo de la Cámara.

* * * * * * * * *

¡Diputados! El primer paso, distinguir con precisión entre una ley y un delito ante la perredada cometida el la Asamblea Legislativa, ¡está dado ya, obra en sus manos! Dicha distinción fundamental ampliamente demostrada por hechos tan contundentes como la proclama de delitos disfrazándolos de ley, las firmas de los responsables, su promulgación por el Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard, los delitos subsiguientes como las amenazas vertidas contra los profesionales de la medicina que se negaban a asesinar a seres humanos indefensos, Etc., etc, etc… constituyen individualmente y en su conjunto las PRUEBAS más públicas; notorias, fehacientes, suficientes y contundentes de delitos y perjuicios a los intereses públicos fundamentales, y de su buen despacho, que pudiera requerir la Cámara para desafuero y consignación penal de mi denunciado.

Dos cosas deben quedar en claro: PRIMERA: la distinción fundamental entre una ley y un delito conlleva la máxima responsabilidad para cualquier funcionario público si se entienden los contrarios en sus esencias y consecuencias. Confundir leyes y delitos implica una aberración tal, y consecuencias tales, como una reprogramación de la nación entera del progreso hacia la tumba, y este caso es una oportunidad para hacerlo notar y valer. Implica cambiar el sentido del gasto público de la vida hacia la muerte. Implica pasar de la responsabilidad fiscal al financiamiento por vía fiscal del delito. En resumen: pasar de una valiosa actitud cívica a la más grave conducta antisocial de todos los contribuyentes. SEGUNDA: La gravísima omisión del Procurador que confirma hasta hoy un delito dándole carácter de ley, hace de los médicos que queremos y necesitamos ―ligados a nuestros intereses más caros por el juramento de Hipócrates― unos delincuentes de conformidad con el Artículo 216 aplicable: Cometen el delito de coalición de servidores públicos, los que teniendo tal carácter se coaliguen para tomar medidas contrarias a una ley o reglamento, impedir su ejecución, o para hacer dimisión de sus puestos con el fin de impedir o suspender la administración pública en cualquiera de sus ramas. ―De manera que, la sola omisión de Eduardo Medina Mora sitúa a los médicos que queremos y necesitamos ―en la medida de su viril protesta y acciones concertadas― al borde de la prisión; y a los que tenemos razones fundadas para temer y ver presos quedando como únicos usufructuarios de la medicina y de los títulos profesionales expedidos por nuestras universidades públicas, logrados con recursos del pueblo. Así completa su obra discriminadora esta pandilla: primero les pagamos los estudios, y después, ellos los discriminan por medio de delitos disfrazados de leyes: los buenos a la cárcel, y los médicos asesinos a beneficiarse de una protección supuestamente legal por el Estado.

ADICIONALMENTE, y en consideración a las exigencias de Marcelo Ebrard respecto a los mismos médicos sin que se dé por enterado Eduardo Medina Mora: Artículo 282. Se aplicará sanción de tres días a un año de prisión o de 180 a 360 días multa: I. Al que de cualquier modo amenace a otro con causarle un mal en su persona, en sus bienes, en su honor o en sus derechos, o en la persona, honor, bienes o derechos de alguien con quien esté ligado con algún vínculo, y II. Al que por medio de amenazas de cualquier género trate de impedir que otro ejecute lo que tiene derecho a hacer (proteger esas vidas en etapa fetal). Los delitos previstos en este artículo se perseguirán por querella. (Reconocido como delito, por razón de querella necesaria es integrable como elemento al tipo penal terrorismo en los casos que les presento). ― Artículo 209. Al que provoque públicamente a cometer un delito, o haga la apología de éste o de algún vicio, se le aplicarán de diez a ciento ochenta jornadas de trabajo en favor de la comunidad, si el delito no se ejecutare; en caso contrario se aplicará al provocador la sanción que le corresponda por su participación en el delito cometido. ―Pregunto: ¿Puede haber mayor apología de todos los vicios y delitos que la legislación invertida y favorable a los mismos? ¿Dónde está la oposición del Procurador General?― Artículo 215. Cometen el delito de abuso de autoridad los servidores públicos que incurran en alguna de las conductas siguientes: II. Cuando ejerciendo sus funciones o con motivo de ellas hiciere violencia a una persona sin causa legítima o la vejare o la insultare; (La violencia a médicos forzándolos al mal). Al que cometa el delito de abuso de autoridad en los términos previstos por las fracciones I a V y X a XII, se le impondrá de uno a ocho años de prisión, de cincuenta hasta trescientos días multa y destitución e inhabilitación de uno a ocho años para desempeñar otro empleo, cargo o comisión públicos.

EL JUICIO POLÍTICO

El Art. 5º de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos establece con fundamento en el Art. 110 constitucional quienes son sujetos de juicio político, con mención expresa del Procurador General de la República. El Art. 6º de la misma establece la procedencia del juicio político cuando los actos u omisiones de los servidores públicos redunden en perjuicio de los intereses públicos fundamentales o de su buen despacho. Los que a su vez precisa el Art. 7º de la misma, y que en su fracción III (además de las VI y VII igualmente aplicables) establece como causal: “Las violaciones graves y sistemáticas a las garantías individuales o sociales”. Estamos ante violaciones a la vez graves y sistemáticas de garantías individuales, tan graves como que atañen a la vida misma de individuos engendrados en territorio nacional, condenados a muerte en un país que carece de dicha penalización en sus códigos, y de manera tan sistemática como sólo la vía legislativa puede garantizar: Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece. Como vemos, el Art. 1º de la Constitución establece con absoluta claridad la palabra individuo. Lo que algunos han pretendido negar es que sea persona, o que individuo corresponda a persona, cuando ni dice persona, ni aparece tal exigencia en ella. En resumen: Lo mucho, o lo poco, o lo nada, que hubiese que añadir a la palabra individuo para que equivaliera al más debatible de persona no es exigencia constitucional para otorgarle la plenitud de derechos. Además del derecho a la vida de todo individuo en su etapa fetal negado por las omisiones del Abogado de la Nación en su indolencia a través de todo el proceso “legislativo” en la ALDDF, tampoco intervino para impedir su promulgación por el Jefe de Gobierno, ni para hacer notar que subsistiendo el bien jurídico de dichos individuos en la plenitud de sus garantías individuales, esta subsistencia impone la tutela establecida por el tipo de homicidio calificado al eliminarse el tipo penal aborto dentro del plazo de las 12 primeras semanas. De esta manera todos los participantes en dichos homicidios se han hecho acreedores a hasta 50 años de cárcel. Y no es la única infracción. Están los derechos de los padres varones de dichos individuos a los que no se toma en cuenta en el idiota y criminal feminismo de moda, y de mayor trascendencia ―si cabe― el derecho del colectivo a su integridad ante asaltos de esta naturaleza como se tutela por el Art. 149 Bis del C.P.F. Este solo hecho nos remite al párrafo tercero de la fracción VIII de la ley de mérito que ordena a la Subcomisión de Examen Previo a formular de inmediato la declaración de procedencia para el desafuero y consignación penal de Eduardo Medina Mora. Repito: En consideración a las pruebas exigidas por el Art. 9º de la ley, la acusación no requiere de más pruebas que las que los hechos abrumadoramente públicos y tristemente notorios confirman sobradamente. Es indispensable recalcar de mi denuncia fechada 29 y ratificada el 30 de mayo del presente: “Los 16 puntos de arriba, estructurados en una verdadera maquinación con apoyo de poderes públicos, y el derroche propagandístico para meter el aborto intencional a como de lugar, cambiando cordura por locura, lógica por idiotez, y todo bien por puros males ¿pueden tener otro propósito que el más evidente que es precisamente delinquir contra la vida individual y colectiva? Esta sarta de engaños llevados al nivel de la más grave demencia ¿no deja corta la expresión “perpetrase por cualquier medio”? El “total o parcialmente” ¿no queda satisfecho con los feticidios programados y que en estos momentos se están llevando a cabo, y no se completa con la destrucción de todo sentido común y probidad legislativa, ejecutiva y judicial de los poderes coludidos? Si con esta legislación no lograran acabar hasta con el último ser humano físicamente hablando ¿puede dudarse que ya estén acabando con todo cerebro sano? ¿Acaso embrutecer a la humanidad llevándola al nivel de las bestias por su degradación mental y conductual no hace de esta forma de genocidio la mejor lograda de la historia?” A los 16 puntos mencionados añadimos otro, la introducción de un delito como ley a juicio constitucional; pero, ¿acaso vamos a dejar fuera como 18avo. la reclasificación de los médicos éticos por criminales, y criminales por éticos, a que ha forzado este delito disfrazado de ley?

México D.F. a 4 de junio de 2007

PROTESTO LO NECESARIO

¡QUIEN COMO DIOS!

Luis de Guerrero Osio y Rivas

Ciudadano de la República

martes, 29 de mayo de 2007

Juicio al Procurador General de la República


A la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión
A los ciudadanos de la República para acción popular

Juicio Político por genocidio, terrorismo, y otros delitos a Eduardo Medina Mora, Procurador General de la República.

Luis de Guerrero Osio y Rivas, con domicilio para oír notificaciones en Cerrada de Salamanca 7-1, Col. Roma; por mi propio derecho y en descargo de mis obligaciones cívicas, comparezco, y digo: Con fundamento en los Arts. 108, 109 fracción II, 110 y 111 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; del Art. 7º fracción VIII y demás aplicables de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos; de los artículos 139, 149 Bis y 123 del Código Penal Federal, comparezco para solicitar el desafuero y consignación penal del C. Eduardo Medina Mora, Procurador General de la República por los delitos de genocidio, terrorismo y traición a la patria, más lo que resulte, y pregunto:

¡Diputados! ¿Desean ustedes para los demás lo mortalmente inaceptable para ustedes mismos?

¿Cómo entonces llamarían ustedes al hecho de que se les hubiera dado muerte a ustedes dentro de las doce primeras semanas de su gestación? ¿Acaso no son ustedes hombres para llamarle homicidio? Así de sencillo, diputados. La primera norma jurídica y moral “no hagas ni permitas que se haga con otros lo que no querrías para ti” está siendo violada en estos momentos en hospitales públicos, y no con conductas meramente molestas, sino típicas, por medio de homicidios; y no con recursos cualesquiera, sino con recursos públicos de nosotros, los contribuyentes. ¡Para mejor enlodarnos! Para hacernos corresponsables de su satanismo.


Estamos HOY ante una realidad: Se está derramando sangre mexicana, sangre inocente por medio de feticidios propuestos, e impuestos, por una mafia.

¿Y acaso no son ustedes hombres para llamarle homicidio, y para ver que como tal se castigue? Ya estarán diciendo ustedes, “este sí que se equivocó de puerta”, esas solicitudes se dirigen al ministerio público. Y en efecto, así sería, de no ser porque el Procurador se niega a cumplir con sus funciones siendo por tanto el primer merecedor del castigo, razón para que sea la Cámara quien lo enjuicie, le quite los fueros, y además de consignarlo penalmente permita a un sucesor en sus funciones aplicar la ley como lo establece la Constitución: Art. 102: “…El procurador general de la República y sus agentes, serán responsables de toda falta, omisión o violación a la ley en que incurran con motivo de sus funciones”. Y para dejar esto más en claro, agradeceremos los ciudadanos, los votantes, nos aclaren tajantemente y sin dejar lugar a dudas si las reformas al Código Penal del Distrito federal publicadas el 26 de abril de 2007 para despenalizar adicionalmente el aborto son una ley, o si por el contrario, son un delito.


Para que piensen bien su respuesta: Si dicen que es una ley, fíjense bien en lo que dicen ser procedente en sus funciones, y a sus funciones:

  1. Que lo que antes se consideraba un crimen, debe en adelante legislarse como un derecho.
  2. Que lo procedente ahora es la inversión de papeles, el de victima por verdugo, y el de verdugo por víctima; para hacer de un individuo en su indefensa etapa fetal jurídicamente un asaltante merecedor de la muerte; y de su asesina una heroína de la feminidad entera.
  3. Que nuestros precedentes legislativos estaban equivocados, que debieron pronunciarse, como es el caso, por la culpabilidad de las víctimas, y por la inocencia de sus verdugos.
  4. Que nuestras leyes invierten las proporciones y los valores, la salud vale más que la vida aunque la vida sea el todo y la salud solo parte de la misma; aunque sea posible devolver la salud a quien tiene vida sin que sea posible devolver la vida a nadie; aún así, la salud es lo único digno de mención tratándose de abortos intencionales. De feticidios.
  5. Como la salud vale PARA USTEDES más que la vida...¿De verdad quieren que pidamos a Salubridad que los vacune a balazos, diputados? ¡Piensen en las ventajas! ¡No volverían a enfermarse!
  6. Que la salud que interesa, como bien demuestra el caso, no es la de las víctimas sino la de sus verdugos.
  7. Que esa salud debe ser tutelada jurídicamente para evitarle todo daño, y no por una razón cualquiera, sino que la tutela la merece para no sufrir daño como consecuencia de su crimen; y por supuesto que tampoco en un momento cualquiera, sino en el momento en que está cometiendo ese crimen, y así justificar el delito ¡hasta la idolatría del delito!
  8. Legislar lo que sea necesario, y como sea, para que el temor no sea un freno al delito.
  9. Para que lo que era un freno pueda ser en adelante un acelerador al genocidio se le tutela jurídicamente, al extremo de imponer todo mal a la víctima sin permitirle defenderse; ya que como es obvio no puede hablar; y darle muerte sin derecho a juicio alguno porque no hay forma de presentar cargos en su contra. ¿Hay una sola violación jurídica que no se le imponga con toda furia y demencia?
  10. Cuando se trata de un aborto por violación, el señalado para su ejecución inmediata es el individuo en su etapa fetal, como si el violador fuese él, aunque el verdadero no tenga pena mayor, rara vez sea aprehendido, o tenga mucho que temer. Como el lenguaje del derecho penal son las penas, el individuo en su etapa fetal queda acusado e inculpado de haberse engendrado a sí mismo en la violación: ¡Los fetos clasificados como padres de sí mismos!
  11. ¿Legislar que a mayor daño corresponde una menor penalización? El derecho penal en cuanto ciencia tiene una meta precisa para contrarrestar un defecto: Después del niño ahogado, tapar el pozo, dice el dicho. Y en efecto, el aparato represivo con sus leyes no puede actuar si no se ha cometido el delito. Para compensar requiere disuadir con penas mayores daños mayores. Con penas mayores los delitos más difíciles de detectar. ¿Cómo puede echarse abajo toda esta lógica, cómo acabar con estos principios jurídicos? Por medio de las legislaciones sobre el aborto, por supuesto. Ya vimos como se sacó el aborto del ámbito penal para llevarlo al sector salud, porque los criminales saben que al feto promedio le queda más vida por delante que al adulto promedio, de tal manera que, para no tener que justificar la idiotez de que a mayor daño menor penalización, no les quedó más que cambiar de giro, y meter el delito en la profesión médica, y así, destruyendo la nobleza de dicha profesión completar sus metas genocidas. Como añadido de males ¡A cuidarse en delante de los médicos, ya son asesinos!
  12. El reto que también les queda, diputados, es como despenalizar el aborto intencional sin tener que despenalizar el delito de terrorismo. Un terrorista, por definición, mata al que sea con tal de matar. No requiere que su víctima sea perverso, malo, o desagradable; que sea hombre, mujer, niño, blanco, o negro. No es necesario para ser víctima de un terrorista que haya usted pisado un solo callo. Mientras menos merecedor de tal suerte mejor para que el terror cunda, ya que el terror debe ser i-rra-cio-nal. Exactamente como el aborto provocado: A un genio, al mejor jugador para la selección nacional, a la chica más guapa…Y añádale: ¿Qué podrá impedir que la que abortó lo siga haciendo? ¿Qué se siga dañando a sí misma y a los demás? ¿Cuánta capacidad para amar quedará a quien tanto amor ha destruido? ¿Creen ustedes que es más antinatural matar al marido que al hijo? ¿Con que clase de mujeres estamos poblando la nación por medio del aborto? ¿Terror? ¿Terroristas? Ya desde la perversión del lema “la mujer puede hacer con su cuerpo lo que se le antoje” usado para promover el aborto, era obvio que, convencidas, los primeros beneficiarios de la propaganda iban a ser los cuernos de los maridos y los litigantes de divorcios. ¡Cualquiera menos los hijos que desde ahí comenzaban a perder y a morir! ¿Terrorismo? ¿Terroristas?
  13. ¡Pero si los incomparablemente terroristas con estas leyes son ustedes, diputados!
  14. Legislar…¡El tiempo hacia atrás! ¡Que palanca de reversa! Por supuesto que es locura, todo este asunto lo es. Si consideramos a la víctima promedio de homicidio de X años, el derecho penal mundial ha establecido penas proporcionales según los agravantes que van desde décadas hasta la pena de muerte; tanto para reflejar la pérdida en décadas de la víctima, como para disuadir del delito. Pero, ¿con el tiempo hacia el futuro o hacia atrás? La pregunta parece idiota hasta que entramos al problema del aborto. La penalización impuesta al feticidio en los dos últimos siglos y fracción ―desde Beccaria― han sido mínimas, como si la víctima, con el tiempo en reversa estuviera siendo privada de tan sólo meses de vida. Las penas ínfimas, las disculpas supuestamente válidas como la violación o la salud de la madre, y la discreción médica no dejan lugar a dudas. Sin el tiempo en reversa se caería en la contradicción de pretender que, a mayor daño, menor penalización. Lo confirma el manejo de los anticonceptivos, a pesar de que con siete mil millones de anticonceptivos oportunamente colocados estaría el hombre tan extinto como el dinosaurio. ¿Se puede matar a todos los hombres que hay en el mundo sin cometer un solo homicidio? Pero con el tiempo puesto en reversa por el acto sexual…¡Véndanse los condones entre aspirinas y paletas!
  15. Pues entonces ¿de que éxito previo creen ustedes que salieron tan audaces con sus cuentos de salud? Después de tan machacona insistencia en que más vale la salud que la vida, reforzada ahora por las supuestas leyes abortantes de toda racionalidad y sentido ¿qué se merecen, diputados? ¿Qué sus suegras los maten y den como disculpa que las hacían estornudar y se salgan con la suya?

Analicemos estos puntos ahora desde el punto de vista de la salud mental de sus proponentes, la respuesta es: demencia legislativa. Demencia que se extiende hacia el satanismo y hacia toda la población causando más daño en menos tiempo que cualquier otro sistema imaginable. Contémplense sus efectos sobre ustedes mismos mientras no reaccionen con fuerza. Piensen en los efectos sobre sus familiares, horrorícense ante la perversidad, calcúlense los efectos sobre los que pudieran ―por ello― abatirlos mañana… O el año entrante. Nos queda un último punto:

  • Esta maraña de demencias, constituyentes de las locuras más peligrosas y sangrientas de la historia al extremo de ya no alarmarnos―lo que las hace más peligrosas aún― han operado exitosamente desde una madriguera: La negación de toda humanidad a los nonatos. El problema radica, como es obvio, en que esta locura adicional DEBE SUMARSE a las anteriores, ya que estamos completando el conjunto, y esta parte ES LA MÁS DEMENTADA DEL CONJUNTO DE DEMENCIAS LEGISLATIVAS. Para reventar este conjunto de burradas (y que me perdonen los cuadrúpedos) basta con la pregunta: ¿Qué fue usted en el seno materno señor diputado? ¿Huevo de rana? ¿No? ¿Feto de burro, o un ser humano?

Toda ley para serlo debe procurar el bien común. Pero al caso ¿¿¿Cuál bien???? ¿La demencia colectiva? ¿La total inversión del derecho?

¿Entonces? ¿En qué quedamos? ¿Es ley o es delito? ¿Acaso no son ustedes hombres, diputados, para llamarle homicidio, y al conjunto genocidio?

Veamos ahora la ley aplicable: Artículo 149-Bis.- Comete el delito de genocidio 1) el que con el propósito de destruir, 2) total o parcialmente 3) a uno o más grupos nacionales o de carácter étnico, racial o religioso, 4) perpetrase por cualquier medio, 5) delitos contra la vida de miembros de aquellos, 6) o impusiese la esterilización masiva con el fin de impedir la reproducción del grupo.

Los 16 puntos de arriba, estructurados en una verdadera maquinación con apoyo de poderes públicos, y el derroche propagandístico para meter el aborto intencional a como de lugar, cambiando cordura por locura, lógica por idiotez, y todo bien por puros males ¿pueden tener otro propósito que el más evidente que es precisamente delinquir contra la vida individual y colectiva? Esta sarta de engaños llevados al nivel de la más grave demencia ¿no dejan corta la expresión “perpetrase por cualquier medio”? El “total o parcialmente” ¿no queda satisfecho con los feticidios programados y que en estos momentos se están llevando a cabo, y no se completa con la destrucción de todo sentido común y probidad legislativa, ejecutiva y judicial de los poderes coludidos? Si con esta legislación no lograran acabar hasta con el último ser humano físicamente hablando ¿puede dudarse que ya están acabando con todo cerebro sano? ¿Acaso embrutecer a la humanidad llevándola al nivel de las bestias por su degradación mental y conductual no hace de esta forma de genocidio la mejor lograda de la historia? El punto 3) a uno o más grupos nacionales o de carácter étnico, racial o religioso, ¿no está definido y concretado al Distrito Federal por la traición de sus ‘elegidos’, sus criminales electos?

Recordemos de la Ley Eminente: Art. 102: “…El procurador general de la República y sus agentes, serán responsables de toda falta, omisión o violación a la ley en que incurran con motivo de sus funciones”.


Eduardo Medina Mora
, titular del monopolio para la acción penal en materia federal, único a quien compete la aplicación inmediata y eficaz de este 149 Bis que tipifica el genocidio se rehusó a hacerlo con las gravísimas consecuencias vistas. Pudo con su autoridad impedir el delito de haber enfrentado la situación. Su declaración conforme a derecho de la normatividad penal aplicable, antes de la promulgación de la bestialidad legislada pudo impedir que la Asamblea Legislativa se marcara como genocida, terrorista y traidora a la patria. Más allá de mera omisión está su colusión; lo comprobamos con el tipo penal mismo a saber: 4) perpetrase por cualquier medio, y el medio al caso fue su silencio al respecto, su inactividad culpable. Su culpabilidad es indudable conforme al tipo penal señalado.


Pudo posteriormente hacer uso del Artículo 302.- Comete el delito de homicidio: el que priva de la vida a otro. Ya que ¿Acaso no son ustedes hombres para llamarle homicidio? ¿Creerán ustedes que a Eduardo Medina Mora lo trajo la cigüeña, diputados? ¡Pero no! A pesar de que el suscrito, y quizás incontables más nos dirigimos a sus oficinas pidiendo audiencia, o al menos que hiciera uso de su autoridad para frenar los feticidios con el tipo penal homicidio. ¡Se escondió!

Para tutelar el mismo bien que es la vida humana los tipos “homicidio” y “aborto” han coexistido en nuestros códigos. Por consiguiente, de desaparecer uno se aplica necesariamente el otro al subsistir el bien tutelable, sobre todo en consideración a su racionalidad, y tan racional fue siempre homicidio, como sigue siendo irracional aborto. ¿Acaso el que se les hubiera privado de la totalidad de sus vidas, diputados, sería de menos monta que el privarlos de tan sólo parte? ¿Qué responden? ¿Vale más la parte que el todo? ¿Tendremos, para convencerlos que pedir a Salubridad que los vacune a balazos para quitarles en definitiva hasta el temor a enfermarse? Penalícense entonces, necesariamente, los feticidios que con criminal y supuesta licencia se cometen hoy, como lo que son, homicidios! El delito es delito por razón del daño, diputados, ¡no por el tamaño de la víctima! ¡Que más vida pierde a su muerte el feto promedio que el adulto promedio! A mayor daño, mayor penalización.


Las omisiones del Procurador condujeron a un tremendo equívoco ―a todas luces intencional― y a la más grave injuria al derecho. Tan grave e irracional como cualesquiera de los 16 puntos analizados arriba. El Art. 105 Constitucional establece la competencia de la SCJN para resolver las controversias constitucionales que se susciten: II. De las acciones de inconstitucionalidad que tengan por objeto plantear la posible contradicción entre una norma de carácter general y esta Constitución… c) El procurador general de la República, en contra de leyes de carácter federal, estatal y del Distrito Federal, así como de tratados internacionales celebrados por el Estado Mexicano. Y el procurador actuó dentro de los 30 días establecidos. Pero veamos los males que se siguen de esto:

a) La facultad otorgada a la SCJN se refiere al discernimiento entre leyes, NO entre delitos, como es el caso, y la Constitución. Un delito NO DEBE ser ADMITIDO a juicio constitucional, ya que por definición la Constitución no puede ser delincuente. De ahí que por este solo hecho de admisión de un delito quede este reclasificado por la SCJN como ley, independientemente de que sea conforme o inconforme con la Constitución que es el punto a resolver. Exactamente como continuación de los 16 puntos para acomodarse como su diecisieteavo, dando lugar, como pesa aún la injuria, de que la Ley Robles haya salido coronada de constitucionalidad! ¡Esto es gravísimo! Y peor aún existiendo el precedente de la Ley Robles que diera lugar a mi denuncia contra siete ministros de los once que en 2002 declararon constitucional la ampliación de causales admisibles para el aborto intencional. Denuncia que forma parte de este blog.

b) La PGR es ministerio público. Su función principal, como es obvio, es impedir, tipificar y perseguir los delitos, y sólo esporádicamente ser parte en controversias constitucionales. Por tanto, los actos de Eduardo Medina Mora lo condenan al dejar en claro que se había sumado a las 16 demencias para introducir la diecisieteava que podemos resumir como "cualquier delito puede ser ley" y "ningún legislador por el hecho de serlo puede delinquir en sus funciones" lo que contradice el Título IV de la Constitución en que se funda esta denuncia. El Procurador ha declarado de facto con sus omisiones dolosas la inocencia de los genocidas. Los ha calificado como legisladores (al no solicitar su desafuero) con los que discrepa en un punto que lleva a jucio, debiendo haber manifestado y probado que se trata de criminales procediendo con toda la fuerza y autoridad de su puesto a solicitar su desafuero y consignación penal. Estamos ante una farsa, y la SCJN ¡de comparsa! Va de nuevo, sea el resultado el que fuere, la repetición de los primeros pasos dados en el caso de la Ley Robles que diera, finalmente, lugar a mi denuncia como aparece abajo en este mismo blog.

c) La repercusión en la opinión pública de estos hechos es un nuevo aval a la demencia que ya afecta de manera tan grave a nuestra sociedad con el abestiamiento. No es posible ser a la vez hombre y bestia, la definición lo excluye, racional se opone a irracional. ¡Vean los efectos que se agravan! ¡Contemplen nuestras calles y nuestras plazas!, diputados. ¿Han visto ustedes alguna vez a un animal queriendo taparse el rabo?

¿Han pensado en sus electores, diputados?
La juventud inteligente es consciente
: Sabe que el odio estuvo a punto de costarle la vida. Sabe, que si los promotores de la homosexualidad hubieran tenido éxito tiempo atrás, no habría gente en el mundo, no estaríamos aquí.

Por la promoción mundial e indiscriminada de anticonceptivos sabe del segundo atentado por el que no los querían con vida. Sólo gracias a Dios sobrevivieron…El tercer ataque ha sido la promoción del feticidio, el aborto intencional, los asesinos de blanco. De nuevo, gracias a Dios sobrevivieron donde muchos otros fueron sacrificados. ¡Y todavía les apuntan con la eutanasia!

Sabe, por tanto, del terrorismo; que consiste igualmente en matar indiscriminadamente. ¿Lo han olvidado? “Comete el delito de homicidio el que priva de la vida a otro”. Y no necesita decir cuando, ni discriminar por edad al revés volteado. ―O qué, ¿a mayor daño menor penalización?

Sabe, que el odio al que pudieron sobrevivir es tan demencial que los odio sin conocerlos. Que los odió de manera generalizada, y a muerte, desde antes de que nacieran. Odiados sin culpa, saben que siguen y seguirán siendo odiados a muerte; por promotores de derechos de asesinos, de genocidas, los enemigos del Dios de la pureza y de la vida…Y que ya se les programa la eutanasia…Y que esas fuerzas del odio que ellos no pueden controlar actúan para envenenarlos con la pornografía y la droga... Saben que esas fuerzas son las mismas al brotar de la misma fuente de los incapaces para construir; y que sólo saben matar y destruir, y ser fuente del odio.

Saben ya mucho sobre aquellos que son aptos para construir solo desiertos donde antes hubo vida; degradación donde había dignidad, abestiamiento donde hubo inteligencia… Basta con ver nuestras plazas y nuestras calles, repito: ¿alguna vez han visto ustedes a un animal que se anduviera tapado el rabo? ¡Es el ataque del abestiamiento! Han comenzado a ligarlos también con los destructores de la ecología, con los fabricantes de armas, más lo que les venga a la mente.

Y con toda razón ante tanta sinrazón, ¡por supuesto!

¡Y son electores los que ya reaccionan, diputados!

Y saben…Que donde los anticonceptivos y los asesinos de blanco fallaron, la mentira los asecha aún: Para negarles la verdad disfrazando de ciencia su demencia, de filantropía su odio, de democracia sus engaños... Pobre humanidad, ¡tan tremendamente odiada!

Pero ya reacciona…

Por lo anteriormente expuesto y fundado atentamente pido:

PRIMERO: Se reciba esta solicitud para juicio político en sus términos.

SEGUNDO: Se me otorgue la coadyuvancia prevista por el Art. 20 constitucional.

México D.F. a 29 de mayo de 2007
Protesto lo necesario
¡Quien como Dios!


Luis de Guerrero Osio y Rivas
Ciudadano de la República

Lo que aparece en verde es añadido al original:

Comentario final: Para que las angustias no nos consuman ante lo que estamos viendo y viviendo, recuerden que el REINADO DEL ANTICRISTO tenía que venir. Lo afirma el Evangelio, sobre ello se han pronunciado los santos; ha sido esperado con impaciencia y hasta deseado, ya que lo correlativo fue siempre que al tremendo reinado universal del mismo seguiría victorioso, ya para siempre, el REINADO DE CRISTO. Ahora bien: Homosexualidad, aborto intencional, pornografía tolerada, drogas tomando el mundo, sangre, persecución de la ortodoxia... ¿Alguien pide más? ¿Puede llegar el reino universal del Anticristo sin que se le pueda reconocer por sus leyes? ¡Alegrémonos! Ahora sí que El Reino de Cristo está cerca, ¡Pero cerca de verdad!


domingo, 27 de mayo de 2007

Con todo y despenalización ¡a la cárcel!

La despenalización del aborto, por jurídicamente ineficaz e inepta, deja a los médicos que practicaron abortos con plena responsabilidad por la muerte de sus víctimas.

Todo feticidio que se cometa en la ciudad de México D.F. dentro de las primeras doce semanas de gestación deberá ser perseguido como homicidio con agravantes.

Las reformas al Código Penal Para el Distrito Federal del 25 de abril de 2007 dejaron el Art. 144 del mismo como sigue: Aborto es la interrupción del embarazo después de la décima segunda semana de gestación. Para los efectos de este Código, el embarazo es la parte del proceso de reproducción humana que comienza con la implantación del embrión en el endometrio.

Concluimos por consiguiente que el tipo penal ‘aborto’ desaparece como tal para las primeras doce semanas. Y para reglamentar la conducta médica del Sector Salud se incorporan a un Código Penal adiciones a la Ley de Salud del Distrito Federal, el Art. 16 Bis 6 para ‘…atenderán las solicitudes de interrupción del embarazo de las mujeres solicitantes…’ y el Art. 16 Bis 8 que dice: La atención a la salud sexual y reproductiva tiene carácter prioritario. Los servicios que se presten en la materia constituyen un medio para el ejercicio del derecho de toda persona a decidir de manera libre, responsable e informada, sobre el número y espaciamiento de los hijos…

Sepamos primero distinguir entre suspensión del embarazo y sus consecuencias a manos de médicos y como parte de una ley de salud. Como parte de una ley de salud y a manos de médicos dignos de ese nombre, suspensión del embarazo no puede equivaler a feticidio; a menos que salud sea redefinida como muerte; a menos que médico sea redefinido como asesino, lo que la ley no dice. Y menos aún expresamente para justificar expresamente feticidios.

Lo fundamental es la concordancia de este punto con la Carta Magna a cuyo Art. 4º alude.

Interpretar la Constitución con criterio genocida, con criterio asesino, como implicando la voluntad del Constituyente de cambiar salud por muerte, y a la profesión médica a profesión de verdugos es ridículo. De ahí que, dada la Ley Eminente a la que alude, los feticidios supuestamente justificados queden, lejos de justificados, PENALIZADOS.

Lo que la Constitución dice en su Art. 4º: Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos.

Lo que la Constitución NO dice en parte alguna: Que el feticidio filicida sea jurídicamente aceptable como derecho para fijar número, o para espaciar hijos como si fueran animales. ¡Mucho menos que responsable equivalga a filicida! Y dado que las modificaciones tampoco lo aclaran así de manera plena, ni habría servido jurídicamente que lo hicieran dado que la Constitución prevalece sobre todas las leyes que deben emanar de ella, es una salida que sigue cerrada al feticidio.

¡Atención por tanto jueces, y procuradores de justicia!

Al establecer el Art. 144 modificado que: el embarazo es la parte del proceso de reproducción humana que comienza con la implantación del embrión en el endometrio, se reconoce -implícitamente- que dicho bien ―vida humana― es un valor objetivo superior a la salud, ya que la salud sólo puede ser parte de la misma vida. En resumen: La demencia legislativa por lo demás evidente en la oscuridad y en la intención no afirma abiertamente poder devolver la vida que es el todo, como puede devolverse la salud a quien tiene vida. Existe por tanto el reconocimiento implícito de que dicho bien, vida, superior a la salud, debe ser para toda ley de salud prioritaria; y no puede, por tanto, faltarle la tutela penal prioritaria. En el derecho positivo la letra rige, define y constriñe.

Reproducción humana dice la misma ley, afirmando por tanto, que hay dos vidas, la gestante y la gestada. ¡Y no solo una como aberrantemente pretenden el perredismo inicuo y sus cómplices!

Al hablar de reproducción humana, hace referencia a un bien que rebasa valorativamente a todos los individuos de la raza humana en cuanto tales, a un bien más grande que la familia, y aún mayor que la patria misma; a un valor tutelado por el delito de genocidio como lo sanciona el Art. 149-Bis el Código Penal Federal. Delito de reconocimiento internacional para prevenir delitos contra la humanidad. La letra rige.

La introducción anómala de una ley de salud dirigida a la profesión médica sujeta por conveniencia pública al Juramento de Hipócrates, y a conveniencia personal y profesional porque un médico requiere estar por encima de toda sospecha criminal para poder subsistir de su profesión, al menos en cualquier país de cuerdos, no da lugar a que se interprete salud como licencia para matar; y menos aún cuando dicha conducta típica de un delito penal no está cabalmente especificada en ella como permiso con todas las letras necesarias al caso. La letra rige, define y constriñe.

En otras palabras, la interrupción del embarazo no ofrece problema si se conserva con vida al individuo en su etapa fetal; pero, de perecer dicho individuo, o de recibir lesiones graves, el delito de homicidio calificado suple con creces por la desaparición del tipo aborto, ya que como hemos dicho ‘suspensión del embarazo’ no es daño SINO POR SUS CONSECUENCIAS hasta aquí no explicitadas y que son tan obvias como para que hubiera cambiado la votación de la Asamblea de haberse planteado con el mínimo de objetividad: ¿Vota usted por el feticidio filicida como derecho? En cuyo caso se habría rechazado, o habría sido explicitado conforme a técnica mínima de claridad legislativa. En el derecho positivo la letra rige.

Puede usted, médico, suspender el embarazo... ¡Pero cuidado que como médico es usted responsable por las consecuencias! Puede destrozar al individuo en su etapa fetal ¡pero cuidado con cualquier daño que sufra por ello! ¿De locos? ¿Y quien dijo que bestias no podían salir electas en una democracia? ¿Qué no saben ‘médicos’ que el hombre sin la religión y sin la ley no es más que una bestia? ¿Tampoco se habían enterado que la prédica en este pobre México es el laicismo contra la religión y la despenalización contra la ley? ¡Pues ni así se salvan de la cárcel dada la redacción de la ley! Sobre todo en consideración a la tutela constitucional y de los tratados internacionales suscritos por México que tutelan los derechos desde el seno materno.

El artículo primero constitucional otorga a sus víctimas todas las garantías que a ustedes mismos otorga, al beneficiar a todo individuo. Fíjense bien, individuo, y ustedes, ¿¿médicos? ¿no saben lo que significa individuo?? ¿Cómo podrían extraerlo si no? ¡No hay alquimia para transmutar muerte en salud! ¡Ni perredada que la ley admita para convertir salud en muerte!

¿Cómo llamarías, médico, a que te hubieran muerto antes de las doce semanas de gestación? ¿No eres hombre para llamarle homicidio? Y tú, ‘legislador’, ¿no sabes que la ley para serlo requiere de lógica y congruencia debiendo combatir vicios sexuales en defensa de la vida, y no combatir la vida para favorecer vicios sexuales? Ya comienza el votante a discernir entre elegir ciudadanos como debe, a elegir brujas y demonios para su ruina.

Por consiguiente se aplica:

C.P.D.F. LIBRO SEGUNDO.TÍTULO DECIMONOVENO.
Delitos contra la vida y la integridad corporal.
CAPÍTULO II. Homicidio.
Artículo 302. Comete el delito de homicidio: el que priva de la vida a otro.

Comentario: Ese otro es el individuo en su etapa fetal.

CAPÍTULO III. Reglas comunes para lesiones y homicidio.
Artículo 315. Se entiende que las lesiones y el homicidio, son calificados, cuando se cometen con premeditación, con ventaja, con alevosía o a traición.

Hay premeditación: siempre que el reo cause intencionalmente una lesión, después de haber reflexionado sobre el delito que va a cometer. Se presumirá que existe premeditación cuando las lesiones o el homicidio se cometan por inundación, incendio, minas, bombas o explosivos; por medio de venenos o cualquiera otra sustancia nociva a la salud, contagio venéreo, asfixia o enervantes o por retribución dada o prometida; por tormento, motivos depravados o brutal ferocidad.

Artículo 320. Al autor de un homicidio calificado se le impondrán de veinte a cincuenta años de prisión.

La única diferencia con el C.P.F. del que está tomado el C.P.D.F. está en la pena máxima de sesenta 60 años en vez de 50 cincuenta para homicidio calificado en este último.

Queda en evidencia que se cumplen todos los elementos del tipo penal homicidio en ambos códigos, lo que obliga a la inmediata intervención del M.P. para consignar por homicidio con agravantes a todos los participantes, más lo que resulte. Imposición de ley.

De manera que podrán agradecer la intentona perredista como la trampa en la que cayeron, ya que nunca en conciencia podría ser creíble.

La ley, ¿médicos?, no es arbitraria imposición, ni juguete de mentes enfermas. Si toda la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, más el Congreso de la Unión bajo los efectos del alcohol declaran que el homicidio amerita premio y no castigo, eso, avalado por todos los poderes del averno y sus compinches no es ley sino delito. Su promulgación no obliga, solo convoca a los sectores sanos a exigir el debido castigo penal a los promotores y legisladores delincuentes.

La función legislativa no puede ser traicionada impunemente por los émulos de Judas Iscariote.

La ley debe sujetarse al derecho natural, no al capricho, a la estupidez, o al vicio.

Resumiendo: El delito lo es por razón del daño, no por capricho legislativo; ni puede dejar de serlo por borrachera, drogamiento, cohecho, o estupidez legislativa. Su promulgación contraria a la justicia y al derecho sólo convoca a la nación a hacer justicia contra el promulgador y los legisladores delincuentes.

El gobierno se haya dividido en tres poderes: Legislativo, Judicial y ejecutivo. Y la demencia legislativa, en cuanto tal, no obliga a demencia ejecutiva ni judicial. Los tipos penales relativos al homicidio y al genocidio arrojan la normatividad penal fundamental al caso para los integrantes de todos los poderes.

La correcta aplicación de la ley sentenciando a penas de cárcel a feticidas, iguales o superiores al homicidio de adultos sin excepciones discriminatorias por edad es un cambio que todo verdadero abogado desea para mantener la racionalidad del derecho.

El tipo penal discriminatorio “aborto” es tan irracional en la fijación de penas atenuadas discriminatoriamente por edad que postula: “A mayor daño, menor penalización” lo cual constituye la mayor aberración mental concebible para el derecho penal. Esto es evidente cuando comparamos la vida restante (único bien tutelado por el tipo penal) del feto promedio comparado con el adulto promedio. El daño ocasionado EN PERDIDA DE AÑOS DE VIDA, ¿es mayor o es menor? Pues mayor tiene que ser la pena.

Por consiguiente, al quedar la penalización por asesinato de humanos inermes en el Distrito Federal dividida en tres etapas: 1ª) Desaparecida la penalización por el feticidio como aborto se aplica homicidio con agravantes hasta las doce semanas de embarazo, ya que la figura "suspensión del embarazo" no justifica explícitamente feticidio alguno al referirse a ley de salud y no de muerte. 2ª) Penalización como aborto entre las 12 y las 36 semanas que concluyen con el nacimiento. 3ª) Vuelve a aplicarse el tipo penal homicidio de asesinarse al nacido. De esta manera lo legislado, habiendo dejado un parche irracional con penalización disminuida para una etapa de desarrollo intermedia entre las 12 y las 36 semanas de gestación, no obliga a seria consideración de jueces y MM.PP. quienes, ateniéndose a la racionalidad de la penalización por homicidio, más los agravantes según el caso, deben perseguir y castigar conforme al mismo so pena de valorar la vida humana por debajo de cualquier capricho y conveniencia.

Para la etapa entre 12 y 36 semanas de embarazo: AL SUBSISTIR DOS TIPOS PENALES SIMULTÁNEAMENTE PARA EL MISMO DELITO POR TUTELAR LA MISMA NATURALEZA HUMANA EN LA VIDA QUE TUTELA, HOMICIDIO Y ABORTO; LOS PODERES EJECUTIVO Y JUDICIAL CUMPLEN CON EL LEGISLATIVO AL ELEGIR CUALQUIERA DE AMBAS FORMAS, DEBIENDO HACERLO BAJO SU RESPONSABILIDAD PERSONAL DE LA MANERA MÁS RACIONAL, QUE SERÁ SIEMPRE LA QUE OFRECE MAYOR SEGURIDAD AL BIEN TUTELADO, LA VIDA DEL SER HUMANO. Y la única tutela digna de ese nombre es la dada por el tipo penal homicidio calificado.

ESTO ES LO QUE DEBE FINIQUITAR AL TIPO PENAL ABORTO EN BENEFICIO DE LOS NONATOS. Y en relación a las demencias legislativas con tendencia a cundir como disculpas malévolas del tipo "Es por salud y bien de las mujeres", recordemos que desde que se inventaron y aceptaron las disculpas (DE CUALQUIER TIPO, PERO SOBRE TODO LAS IDIOTAS) se acabaron los imbéciles, los traidores, los criminales... ¡Pero sobre todo los inteligentes!

Basta con una observación para dejar en claro lo que la fuerza bruta de los medios de difusión ha oscurecido: ¿Desea usted para otros lo intolerable para usted, que lo hubieran muerto antes de sus primeras doce semanas de vida?

Para acabar con los cínicos bastará con: ¿Si? ¡Désele muerte! Que más vale darle gusto tarde que nunca. ¡Ya verán lo que duran los hipócritas!

Como que suicidas y asesinos pertenecen a clubes diferentes.
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Concluyendo: Por lo arriba asentado, pretender la impunidad para los criminales de blanco y demás culpables de cualquier feticidio que se pretenda amparar con las reformas al Código Penal Para el Distrito Federal carece de fundamento.

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Nota final: Es obligación de todos hacer valer la ley hasta donde podamos; pero la responsabilidad por torcerla, o por dejar de aplicarla, es personal de quien gobierna: legislando, juzgando, o ejecutivamente obrando u omitiendo.

La responsabilidad personal es insustituible para actuar y para ser inculpado. Sobre todo la responsabilidad oficial fijada desde el Título Cuarto de la Ley Eminente.

Los mexicanos tenemos la mejor constitución del orbe para defender y conservar nuestras libertades y la justicia; y en compensación lamentable, el sistema político integrado por los individuos más reacios a la inculpación de cualesquiera de sus miembros.

Reacios a cumplirla y a permitirnos hacerla valer.

¡Remediémoslo!





viernes, 18 de mayo de 2007

Del Amor sin medida, al castigo sin fin del Infierno.

Justificación de la pena máxima

En entrada anterior del (4 de mayo - aparece ahora por reordenamiento con fecha 17) “Descripción del Infierno por Jesucristo N.S.”, María Valtorta comunicó el contenido de esa tremenda realidad. Dejaremos ahora ― tras breve introducción― a Luisa Picarreta transmitirnos de Jesús el poder de su intercesión, del Infinito Amor que, por despreciado, justifica el castigo sin medida y sin fin.

Introducción:

«Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos,
y se las has revelado a humildes y sencillos. Sí, Padre,
bendito seas, pues así te ha parecido bien.
(Mat. 11:25)

y dijo: «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los
niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. (Mat. 18:3)

Ni llaméis a nadie "Padre" vuestro en la tierra,
porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo
. (Mat. 23:9)

Dios es sencillísimo. ¡Ay de los complicados! La insistencia en los niños ha llevado a teólogos y filósofos a hablar, no solo de la sencillez, sino de la eterna infancia de Dios. ¡Si tan sólo fuéramos sencillos! Porque los hijos se parecen a sus padres. Veamos ahora el contraste:

Vosotros sois de vuestro padre el diablo
y queréis cumplir los deseos de vuestro padre.
Este era homicida desde el principio,
y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él;
cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro,
porque es mentiroso y padre de la mentira.
(Juan 8:44)

Y ¿quién es más complicado que un mentiroso? Llamar a Dios “Padre” ¿para no entenderlo? Saber desde Génesis que fuimos creados a imagen y semejanza suya ¿para negar que sabemos amar y odiar con razón? Los complicados la traen con ‘el prójimo’, sin poder odiar del prójimo lo que lo mata, lo que lo condena eternamente: el pecado. Esta complicación de conjuntar en bloque indisoluble la persona con sus vicios, al extremo de querer unir su dignidad con sus bajezas para hacer de lo remediable un irremediable y de la justicia una infamia; eso, esa absurda complascencia en el mal de los rebeldes fue lo que llevó a la muerte a los profetas, y a la Cruz al Salvador.


Tienes en cambio a tu favor que detestas el proceder de los
nicolaítas, que yo también detesto (Apocalipsis 2:6)

Dios no condena al infierno eterno a su imagen y semejanza, pero sí a la imagen y semejanza de Satanás. Hay dos paternidades porque todo hombre es hijo de sus obras. No de fe, palabra vana, sino de obras de fe vivida, y de oposición tan innegable que Dios puso enemistad por ellas, por las obras: “Enemistad pondré entre ti y la mujer (la Santísima Virgen) y entre tu descendencia y la suya; y Ella te aplastará la cabeza mientras tratas de morder su talón (Gen. 3:15)”. Y es tan importante este versículo que lo plasmó en la geografía. Ver blog adjunto: www.ennombredeguadalupe.blogspot.com

El odio de Dios Padre a los soberbios es tal que creó el Infierno, el castigo sin medida y sin fin:

Pero los cobardes, los incrédulos, los homosexuales, los
asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos
los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego
y azufre: que es la muerte segunda.
(Apocalipsis 21:8)


¡Que tiemble el sensato! Siga en su carcajada de rebuzno el asno… Que nada haya de extraño en que la basura vaya al incinerador para el que quiera ser basura.

Que el injusto siga cometiendo injusticias y el manchado siga
manchándose; que el justo siga practicando la justicia y el
santo siga santificándose.
(Apocalipsis 22:11)

He aquí la revelación de Jesucristo N.S. por medio de Luisa Picarreta:

Jesús clavado en la Cruz

En esta hora, en íntima unión con Jesús,
el alma, ejerciendo el oficio de víctima,
quiere desar­mar a la Justicia Divina.

Mi buen Jesús, veo que tus enemigos levantan el pesado madero de la Cruz y lo dejan caer en el hoyo que han preparado; y Tú, dulce Amor mío, quedas suspen­dido entre el Cielo y la tierra. En este solemne momento te diriges al Padre, y con voz débil y apagada le dices:

"Padre Santo, heme aquí cargado con todos los pecados del mundo; no hay pecado que no recaiga sobre Mí. Por eso no descargues sobre los hombres los flagelos de tu Divina Justicia, sino sobre Mí, tu Hijo. Oh Padre, ¿no ves a qué estado me he reducido? Por esta Cruz y en virtud de estos dolores, concede a todos el perdón, verdadera conversión, paz y santidad. Detén tu indigna­ción contra la pobre humanidad, contra mis hijos; están ciegos y no saben lo que hacen... Por eso mírame bien, cómo he quedado reducido por causa de ellos. Si no te mueves a compasión por ellos, enternécete al menos al ver mi rostro escupido y cubierto de sangre, lívido e hinchado por tantas bofetadas y golpes que he recibido... ¡Piedad, Padre mío! Yo era el más hermoso de todos, y ahora estoy tan desfigurado que ya no me reconozco. He llegado a ser la abominación de todos. ¡Por eso, a cual­quier precio quiero salvar a la pobre criatura!"

Crucificado Amor mío, yo también quiero seguirte ante el Trono del Eterno, y junto contigo quiero desar­mar a la Divina Justicia. Hago mía tu santísima Humani­dad, me uno con mi voluntad a la Tuya y junto contigo quiero hacer lo que haces Tú... Es más, permíteme que corran mis pensamientos en los tuyos; mi amor, mi voluntad, mis deseos en los tuyos; mis latidos corran en tu Corazón y todo mi ser, en ti, a fin de que no deje escapar nada y repita acto por acto y palabra por palabra todo lo que haces Tú.

Pero veo, crucificado Bien mío, que Tú, viendo al Divino Padre grandemente indignado contra las criaturas, te postras ante El y ocultas a todas las criaturas dentro de tu santísima Humanidad, poniéndonos al seguro, para que el Padre, mirándonos en ti, no nos eche a las criaturas de Sí.

Y si las mira airado, es porque todas las almas han desfigurado la bella imagen que El creó, y no tienen más pensamientos que para desconocerlo y ofenderlo, y de su inteligencia, que debía ocuparse en comprenderlo, forman por el contrario una guarida donde anidan todos los pecados... Y Tú, oh Jesús mío, para aplacarlo, atraes la atención del Divino Padre a que mire tu santísima cabeza traspasada en medio de atroces dolores, que en tu mente tienen como clavadas a todas las inteligencias de las criaturas, y por las cuales y por cada una ofreces una expiación para satisfacer a la Divina Justicia. ¡Oh, cómo estas espinas son ante la Majestad Divina voces piadosas que excusan todos los malos pensamientos de las criaturas!

Jesús mío, mis pensamientos sean uno solo con los tuyos; por eso contigo ruego, imploro, reparo y excuso ante la Divina Majestad por todo el mal que hacen todas las criaturas con la inteligencia.

Permíteme que tome tus espinas y tu misma Inteligencia, y que vaya recorriendo contigo todas las criaturas y una tu Inteligencia a las suyas, y que con la santidad de tu Inteligencia les devuelva la primera Inteligencia, tal como fue por ti creada; que con la santidad de tus pensamientos reordene todos los pensamientos de las criaturas en ti, y que con tus espinas traspase la mente de todas y de cada una de las criaturas y te devuelva el dominio y el gobierno de todas... Ah sí, oh Jesús mío, Tú solo sé el dominador de cada pensamiento, de cada afecto de todas las gentes; rige Tú solo cada cosa, y sólo así la faz de la tierra, que causa horror y espanto, será renovada.

Mas me doy cuenta, crucificado Jesús, que aún ves al Divino Padre indignado, que mira a las pobres criaturas y las ve a todas tan enfangadas de pecados y cubiertas con las más repugnantes asquerosidades, que dan asco a todo el Cielo. ¡Oh, cómo queda horrorizada la pureza de la mirada divina, casi no reconociendo como obra de sus manos santísimas a la pobre criatura! Es más, parece que sean otros tantos monstruos que ocupan la tierra y que atraen la indignación de la mirada del Padre...

Pero Tú, oh Jesús mío, para aplacarlo tratas de endulzarlo cambiando sus ojos por los tuyos, haciéndole verlos cubiertos de sangre e hinchados de lágrimas; y lloras ante la Divina Majestad para moverla a compasión por la desgracia de tantas pobres criaturas, y oigo que le dices:

"Padre mío, es cierto que la ingrata criatura cada vez más se va enfangando con pecados, hasta no merecer ya tu mirada paterna; pero mírame, oh Padre: Yo quiero llorar tanto ante Ti, que forme un baño de lágrimas y de sangre para lavar todas las inmundicias con que se han cubierto las criaturas. Padre mío, ¿querrás acaso Tú rechazarme? ¡No, no puedes; soy tu Hijo! Y a la vez que soy tu Hijo soy también la Cabeza de todas las criaturas, y ellas son mis miembros...

¡Salvémoslas, oh Padre, salvémoslas!".

Jesús mío, amor sin fin, quisiera tener tus ojos para llorar ante la Majestad Suprema por la pérdida de tantas pobres criaturas... y por estos tiempos tan tristes. Permíteme que tome tus lágrimas y tus mismas miradas, que son una con las mías, y recorra todas las criaturas. Y para moverlas a compasión por sus almas y por tu amor, les haré ver que Tú lloras por su causa, y que mientras se van enfangando Tú tienes preparadas tus lágrimas y tu sangre para lavarlas... y así, al verte llorar, se rendirán.

Ah, con estas tus lágrimas permíteme que lave todas las inmundicias de las criaturas; que haga descender estas lágrimas en sus corazones y ablande a tantas almas endurecidas en el pecado, venza la obstinación de los corazones y haga penetrar en ellos tus miradas, haciéndoles levantar al Cielo sus miradas para amarte, y no las dejen más vagar sobre la tierra para ofenderte. Así el Divino Padre no desdeñará mirar a la pobre humanidad.

Crucificado Jesús, veo que el Divino Padre aún no se aplaca en su indignación, porque mientras su paterna bondad, movida, por tanto Amor a la pobre criatura, Amor que ha llenado Cielo y tierra de tantas pruebas de amor y de beneficios hacia ella, tantas que se puede decir que en cada paso y acto de la criatura se siente correr el Amor y las gracias de ese Corazón Paterno, y la criatura, siempre ingrata, no quiere reconocerlo sino que hace frente a tanto Amor llenando cielos y tierra de insultos, de desprecios y de ultrajes, y llega a pisotearlo bajo sus inmundos pies, queriendo destruirlo si pudiera, y todo por idolatrarse a sí misma! Ah, todas esas ofensas penetran hasta en los Cielos y llegan ante la Majestad Divina, la Cual, oh cómo se indigna viendo a la vilísima criatura que llega hasta insultarla y ofenderla en todos los modos posibles!

Pero tú, oh Jesús mío, siempre atento a defendernos, con la fuerza arrebatadora de tu Amor fuerzas al Padre a que mire tu santísimo rostro, cubierto de todos estos' insultos y desprecios, y le dices:

"Padre mío, no rechaces a las pobres criaturas; si las rechazas a ellas, a Mí me rechazas. ¡Ah, aplácate! Todas estas ofensas las tengo sobre mi rostro, que te responde por todas... Padre mío, detén tu furor contra la pobre humanidad; son ciegos y no saben lo que hacen. Por eso mírame bien cómo he quedado reducido por su causa. Si no te mueves a compasión por la mísera humanidad, que te enternezca mi rostro lleno de salivazos, cubierto de sangre, amoratado e hinchado por tantas bofetadas y golpes como he recibido... ¡Piedad, Padre mío! Yo era el más bello de los hijos de los hombres y ahora estoy tan desfigurado que soy irreconocible; soy oprobio para todos. ¡Por eso, a cualquier precio quiero a la criatura salva!".

Jesús mío, ¿pero es posible que nos ames tanto? Tu amor tritura mi pobre corazón, pero queriéndote seguir en todo, déjame que tome este tu rostro santísimo para tenerlo en mi poder, para mostrarlo continuamente así desfigurado al Padre, con el fin de moverlo a compasión por la pobre humanidad, que tan oprimida está bajo el látigo de la Divina Justicia que yace como moribunda; y permíteme que vaya en medio de las criaturas y les haga ver tu rostro tan desfigurado por su causa, y las mueva a compasión de sus almas y de tu amor; y que con la luz que brota de ese tu rostro y con la fuerza arrebatadora de tu amor les haga comprender Quién eres Tú y quiénes son ellas que se atreven a ofenderte, y haga resurgir sus almas de en medio de tantos pecados en que viven muertas a la Gracia, y les haga postrarse ante ti a todas, en acto de adorarte y de glorificarte.

Jesús mío, Crucificado adorable, la criatura continúa irritando sin cesar a la Divina Justicia, y de su lengua hace resonar el eco de horribles blasfemias, voces de imprecaciones y maldiciones, conversaciones malas, tramas para preparar cómo destrozarse mejor entre ellas y llevar a cabo horribles matanzas y asesinatos...Ah, todas estas voces ensordecen la tierra y penetrando hasta en los Cielos ensordecen los oídos divinos, y Dios, cansado de estos ecos malignos que las criaturas le envían, siente que querría deshacerse de ellas y arrojarlas lejos de sí porque todas estas voces malignas imprecan y claman venganza y justicia contra ellas mismas...

¡Oh, cómo la Divina Justicia se siente constreñida a descargar flagelos! ¡Oh, cómo encienden su furor contra la criatura tantas blasfemias horrendas! Pero Tú, oh Jesús mío, amándonos con
sumo amor, haces frente a estas voces malignas con tu voz omnipotente y creadora y haces resonar tu dulcísima voz en los oídos del Padre para repararlo por las molestias que le dan las criaturas, con otras tantas voces de bendiciones, de alabanzas, y clamas:

"¡Misericordia, Gracias, Amor para la pobre criatura!"

Y para aplacarlo más, le muestras tu santísima boca y le dices:

"Padre mío, mírame de nuevo; no oigas las voces de las criaturas sino escucha la mía; soy Yo quien te da satisfacción por todas; por eso te ruego que mires a las criaturas, pero que las mires en Mí, pues si las miras fuera de Mí, ¿qué sería de ellas?

Son débiles, ignorantes, capaces sólo de hacer el mal, llenas de todas las miserias.

Piedad, piedad de las pobres criaturas. Yo te respondo por ellas con mi lengua amargada por la hiel, reseca por la sed y quemada y abrasada por el Amor..."

Amargado Jesús mío, mi voz en la tuya también quiere hacer frente a todas esas ofensas. Déjame que tome tu lengua, tus labios y que recorra todas las criaturas y toque sus lenguas con la tuya, para que sintiendo ellas en el momento de ofenderte la amargura de la tuya, no vuelvan a blasfemar, si no por amor, al menos por la amargura que sientan...; déjame que toque sus labios con los tuyos a fin de que, haciéndoles sentir en sus labios el fuego de la culpa, y haciendo resonar tu voz omnipotente en todos los pechos, pueda detener la corriente de todas las voces malas, y cambiar a todas las voces humanas en voces de bendiciones y alabanzas.

Crucificado Bien mío, ante tanto amor y dolor tuyo la criatura no se rinde aún; por el contrario, despreciándote, va añadiendo pecados y pecados, cometiendo enormes sacrilegios, homicidios, suicidios, fraudes, engaños, crueldades y traiciones... Ah, todas estas obras malas hacen más pesados los brazos paternos, y el Padre, no pudiendo sostener su peso, está a punto de dejarlos caer, haciendo llover sobre la tierra cólera y destrucción. Y Tú, oh Jesús mío, para librar a la criatura de la cólera divina, temiendo ver a la criatura destruida, tiendes tus brazos al Padre para que El no los deje caer y destruya a la criatura, y ayudándolo con los tuyos a sostener el peso, lo desarmas e impides a la Justicia que actúe. Y para moverlo a compasión por la mísera humanidad y enternecerlo, con voz más conmovedora le dices:

"Padre mío, mira mis manos destrozadas y estos clavos que me las traspasan, que me tienen clavado junto con todas estas obras malas. Ah, en estas manos siento todos los dolores que me dan todas estas obras malas. ¿No estás contento, oh Padre mío, con mis dolores? ¿No son acaso capaces de satisfacerte? Ah, estos mis brazos descoyuntados y descarnados sean para siempre cadenas que tengan atadas a todas las pobres criaturas a fin de que ninguna me huya, sólo la que quisiera arrancarse de Mí a viva fuerza; y estos mis brazos sean las cadenas amorosas que te aten también a ti, Padre mío, para impedirte que destruyas a la pobre criatura; más aun, te atraigan siempre más hacia ella para que derrames abundantemente sobre ella tus gracias y tus misericordias."

Jesús mío, tu amor es un dulce encanto para mí, y me mueve a hacer todo lo que haces Tú; por eso dame tus brazos, pues quiero impedir junto contigo, a costa de cualquier pena, que intervenga la Justicia Divina contra la pobre humanidad. Con la sangre que escurre de tus manos quiero extinguir el fuego de la culpa que la enciende y aplacar su furor; y para mover al Padre a más piedad por las criaturas, permíteme que en tus brazos ponga tantos miembros destrozados, los gemidos de tantos pobres heridos, tantos corazones doloridos y oprimidos, y déjame que recorra todas las criaturas y las estreche a todas en tus brazos para que todas vuelvan a tu Corazón.

Permíteme que con la potencia de tus manos creadoras detenga la corriente de tantas obras malas y pecaminosas e impida a todos hacer el mal.

Amable Jesús mío crucificado, la criatura no está satisfecha aún de ofenderte; quiere beber hasta el fondo todas las heces del pecado y corre como enloquecida por el camino del mal; se precipita cada vez más de pecado en pecado, desobedece y desconoce tus Leyes, y desconociéndote a ti, se rebela más contra ti, y casi sólo por darte dolor quiere irse al infierno... ¡Oh, cómo se indigna la Majestad Suprema! Y Tú, oh Jesús mío, triunfando sobre todo, hasta sobre la obstinación de las criaturas, para aplacar al Divino Padre le muestras toda tu santísima Humanidad lacerada, descoyuntada, descarnada y destrozada en modo horrible, y tus santísimos pies traspasados, en los que contienes todos los pasos de las criaturas, que te dan dolores de muerte, tanto que están deformes por la atrocidad de los dolores; y oigo tu voz más que nunca .conmovedora, como a punto de extinguirse, que a fuerza de amor y de dolor quiere vencer a la criatura y triunfar sobre el Corazón del Padre diciendo:

"Padre mío, mírame de la cabeza a los pies: No hay parte sana en Mí. Ya no tengo donde hacerme abrir nuevas llagas y procurarme otros dolores. Si no te aplacas ante este espectáculo de amor y de dolor, ¿quién va a poder aplacarte? ¡Oh criaturas, si no os rendís ante tanto amor, ¿qué esperanza de conversión os queda? Estas mis llagas y esta Sangre mía sean siempre voces que hagan descender del Cielo a la tierra gracias de arrepentimiento, de perdón y de compasión hacia la pobre humanidad..."

Jesus mío, te veo en estado de violencia para aplacar al Padre y para vencer a la pobre criatura; por lo cual permíteme que tome tus santísimos pies y vaya a todas las criaturas y ate sus pasos a tus pies para que si quieren caminar por el camino del mal, sintiendo las ataduras que has puesto entre Tú y ellas, no puedan. Ah, con estos tus pies hazles echarse atrás del camino del mal y ponlas en el sendero del bien, haciéndolas más dóciles a tus Leyes; y con tus clavos cierra el infierno para que nadie más caiga en él.

Jesús mío, amante crucificado, veo que ya no puedes más... La tensión terrible que sufres sobre la Cruz, el continuo moverse de tus huesos, que cada vez más se dislocan a cada pequeño movimiento, las carnes que cada vez más se abren, las repetidas ofensas que te añaden, repitiéndote una pasión y muerte más dolorosa, la sed ardiente que te consume, las penas interiores que te ahogan de amargura, de dolor y de amor, y en tantos martirios tuyos la ingratitud humana que te hace frente y que penetra como una ola impetuosa hasta dentro de tu Corazón traspasado, ay, te aplastan de tal manera que tu santísima Humanidad, no resistiendo bajo el peso de tantos martirios, está a punto de sucumbir, y como delirando por el amor y por el sufrimiento suplica ayuda y piedad...

Crucificado Jesús. ¿Será posible que Tú, que riges todo y das vida a todos, pidas ayuda? ¡Ah, cómo quisiera penetrar en cada gota de tu Sangre y derramar la mía para endulzarte cada Ilaga, para mitigar el dolor de cada espina y hacer menos dolorosas sus punzadas, y para aliviar en cada pena interior de tu Corazón la intensidad de tus amarguras! Quisiera darte vida por vida y, si me fuera posible, quisiera desclavarte de la Cruz para substituirte... Pero veo que soy nada y que no puedo nada; soy demasiado insignificante, por eso, dame a ti mismo; tomaré Vida en ti, y te daré a ti mismo, sólo así mis ansias quedarán satisfechas.

Destrozado Jesús, veo que tu santísima Humanidad se agota para dar en todo cumplimiento a nuestra redención... Tienes necesidad de ayuda, pero de ayuda divina y por eso te arrojas en los brazos del Padre y le pides ayuda y piedad. ¡Oh, cómo se enternece el Divino Padre mirando la horrenda destrucción de tu santísima Humanidad, la terrible obra que el 'pecado ha hecho en tus sagrados miembros! Y El, para satisfacer tus ansias de amor, te estrecha a su Corazón paterno y te da los auxilios necesarios para dar cumplimiento a nuestra redención. Y mientras te estrecha, en tu Corazón sientes más fuerte repetirse los martillazos y los clavos, los rayos de los flagelos, el abrirse las llagas, las punzadas de las espinas... ¡Oh, cómo queda conmovido el Padre! ¡Cómo
se indigna viendo que todas estas penas te las dan en tu Corazón hasta las almas a ti
consagradas! Y en su dolor te dice:

"¿Pero es posible, Hijo mío, que ni siquiera la parte por ti elegida esté contigo? Al contrario, parece que sean almas que piden refugio y ocultarse en este tu Corazón para amargarte y darte una muerte más dolorosa y, lo que es peor, todos estos dolores que te dan, van ocultos y cubiertos con hipocresías. ¡Ah, Hijo, no puedo contener más mi indignación por la ingratitud de estas almas que me dan más dolor que las de todas las demás criaturas juntas!".

Pero Tú, oh Jesús mío, triunfando en todo, defiendes a estas almas y con el amor inmenso de tu Corazón das reparación por las oleadas de amarguras y de heridas mortales que estas almas te envían; y para aplacar al Padre le dices:

"Padre mío, mira este mi Corazón: Que todos estos dolores te satisfagan, y por cuanto más amargos, tanto más potentes sean sobre tu Corazón de Padre para obtenerles gracia, luz, perdón... Padre mío, no las rechaces: Ellas serán mis defensoras y continuarán mi Vida sobre la tierra."

"Oh Padre mío amorosísimo, considera que si bien mi Humanidad ha llegado ahora al colmo de sus sufrimientos, también este mi Corazón estalla por las amarguras y por las íntimas penas e inauditos tormentos que he sufrido a lo largo de casi 34 años, desde el primer instante de mi Encarnación... Tú conoces, oh Padre, la intensidad de estas penas interiores, tan dolorosas que hubieran sido capaces de hacerme morir a cada momento de puro dolor si nuestra Omnipotencia no me hubiera sostenido para prolongar mi padecer hasta esta extrema agonía... Ah, si todas las penas de mi santísima Humanidad, que te he ofrecido hasta ahora para aplacar tu Justicia sobre todos y para atraer sobre todos, tu misericordia triunfadora, no te bastan, ahora de un modo particular Yo te presento, por las faltas y los extravíos de las almas consagradas a Nosotros, este mi Corazón despedazado, oprimido y triturado, pisoteado en el lagar de todos los instantes de mi vida mortal... Ah, observa, Padre mío, que éste es el Corazón que te ha amado con infinito amor, que siempre ha vivido abrasado de amor por mis hermanos, hijos tuyos en Mí... Este es el Corazón generoso con el que he anhelado sufrir para darte la completa satisfacción por todos los pecados de los hombres. Ten piedad de sus desolaciones, de su continuo penar, de sus tedios, de sus angustias, de sus tristezas hasta la muerte... ¿Acaso ha habido, oh Padre mío, un solo latido de mi Corazón que no haya buscado tu Gloria, aun a costa de penas y de sangre, y la salvación de todos mis hermanos? ¿No han salido de este mi Corazón siempre oprimido las ardientes súplicas, los gemidos, los suspiros, los clamores, con que durante casi 34 años he llorado y clamado Misericordia en tu presencia? Tú me has escuchado, oh Padre mío, una infinidad de veces y por una infinidad de almas, y te doy gracias infinitas..., pero mira, oh Padre mío, cómo mi Corazón no puede calmarse en sus penas, aun por una sola alma que haya de escapar a su amor, porque Nosotros amamos a un alma sola tanto como a todas las almas juntas.... ¿Y se dirá que habré de dar el último respiro sobre este doloroso patíbulo viendo perecer miserablemente incluso almas a Nosotros consagradas? Yo estoy muriendo en un mar de angustias por la iniquidad y por la pérdida eterna del pérfido Judas, que me fue tan duro e ingrato que rechazó todas mis finuras amorosas y delicadas, y al que Yo hice tanto bien que llegué a hacerlo Sacerdote y Obispo, como a los demás Apóstoles míos. ¡Ah, Padre mío, baste
este abismo de penas, baste... Oh, cuántas almas veo, elegidas por nosotros a esta vocación sagrada, que quieren imitar a Judas... cual más, cual menos! ¡Ayúdame, Padre mío, ayúdame; no puedo soportar todas estas penas! ¡Mira si hay una fibra en mi Corazón, una sola fibra que no esté atormentada más que todos los destrozos de mi cuerpo divino! ¡Mira si toda la sangre que estoy derramando no brote, más que de mis llagas, de mi Corazón, que se deshace de amor y de dolor!

Piedad, Padre mío, piedad, no para Mí, que quiero sufrir y padecer hasta lo infinito por las. pobres criaturas, sino piedad de todas las almas, especialmente de las llamadas a ser mis Esposas, a ser mis Sacerdotes. Escucha, oh Padre, mi Corazón, que sintiéndose faltar la vida, acelera sus encendidos latidos y grita: ¡Padre mío, por mis innumerables penas te pido gracias eficaces de arrepentimiento y de verdadera conversión para todas estas infelices almas; que ninguna se pierda! ¡Tengo sed, Padre mío, tengo sed de todas las almas... pero especialmente de éstas; tengo sed de más sufrir por cada una de estas almas! Siempre he hecho tu Voluntad, Padre mío, y ahora, ésta es mi Voluntad, que es también la Tuya, ah, haz que sea cumplida perfectamente por amor a Mí, tu Hijo amadísimo en quien has encontrado todas tus complacencias!"

Oh Jesús mío, me uno a tus súplicas, a tus padecimientos, a tu amor penante. Dame tu Corazón para que sienta tu misma sed por las almas consagradas a ti y te restituya el amor y los afectos de todas... Permíteme ir a todas y que les lleve tu Corazón, para que a su contacto se enfervoricen las frías, se conmuevan las tibias, se sientan llamar de nuevo las extraviadas y lleguen a ellas de nuevo las gracias que han rechazado.

Tu Corazón está sofocado por el dolor y por la amargura al ver incumplidos, por su falta de
correspondencia, tantos designios que tenías sobre ellas, y al ver a tantas otras almas,
que deberían tener vida y salvación por medio de aquellas, que sufren las tristes consecuencias...

Por eso quiero mostrarles tu Corazón tan amargado por causa suya, y arrojar en ellas dardos de fuego de tu Corazón; quiero hacer que escuchen tus súplicas y todos tus padecimientos por ellas, y así no será posible que no se rindan a ti; así volverán arrepentidas a tus pies y tus designios amorosos sobre ellas se verán cumplidos; estarán en torno a ti y en ti, no ya para ofenderte sino para repararte, para consolarte y defenderte.

Crucificado Jesús, Vida mía, veo que continúas agonizando en la Cruz, pero que no está aún satisfecho tu amor y que quieres dar cumplimiento a todo. También yo agonizo contigo y llamo a todos: "¡Angeles, Santos, venid al Calvario a contemplar los excesos y las locuras de amor de un Dios! Besemos sus llagas sangrantes, adorémoslas, sostengamos esos miembros lacerados y agradezcamos a Jesús por nuestra Redención.

Mirad también a la traspasada Mamá, que tantas penas y muertes siente en su Corazón Inmaculado por cuantas penas ve en su Hijo y Dios; sus mismos vestidos están llenos de sangre, sangre que está derramada por todo el Calvario, y nosotros, todos juntos tomemos esta sangre, suplicando a la dolorida Mamá que se una a nosotros, recorramos todo el mundo y vayamos en ayuda de todos; socorramos a los que están en peligro de muerte, para que no perezcan; a los caídos en el pecado, para que se levanten de nuevo; y a aquellos que están por caer, para que no caigan. Demos esta Sangre a tantos pobres ciegos para que en ellos resplandezca la luz de la verdad; vayamos especialmente en medio de los pobres combatientes, seamos para ellos vigilantes centinelas, y si van a caer alcanzados por las balas recibámoslos en nuestros brazos para confortarlos; si se ven abandonados por todos o si están impacientes por su triste suerte démosles esta Sangre para que se resignen y se mitigue la atrocidad de sus dolores... Y si vemos que hay almas a punto de caer en el Infierno, démosles esta Sangre divina que contiene el precio de la Redención, y arrebatémoslas a Satanás... Y mientras tengo a Jesús estrechado a mi corazón para tenerlo defendido de todo y reparado por todo, estrecharé a todos a este Corazón a fin de que todos puedan obtener gracias eficaces de conversión, de fuerza y de salvación".

Oh Jesús, veo que la sangre te chorrea de tus manos y de tus pies... Los ángeles, llorando y haciéndote corona, admiran los portentos de tu inmenso amor. Veo al pie de la Cruz a tu dulce Mamá, traspasada por el dolor, a tu amada Magdalena, a tu predilecto Juan... todos petrificados en un éxtasis de estupor, de amor y de dolor... Oh Jesús, me uno a ti y me estrecho a tu Cruz, tomo toda tu Sangre y la derramo en mi corazón. Y cuando vea tu Justicia irritada contra los pecadores, para aplacarla le mostraré esta Sangre. Cuando quiera la conversión de almas obstinadas en el pecado, te mostraré a ti esta Sangre y en virtud de ella no podrás rechazar mi plegaria, porque en mis manos tengo ya la prenda para ser escuchada...

Y ahora, Crucificado Bien mío, en nombre de todas las generaciones, pasadas, presentes y futuras, junto con nuestra Mamá y con todos los ángeles, me postro profundamente ante ti diciéndote: "Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz has redimido al mundo."

Fin del capítulo de Luisa Picarreta "Jesús Clavado en la Cruz"

Conclusión: Lo que desprecias es lo que te condena.