martes, 28 de octubre de 1980

Campaña Exitosa Contra el Aborto Intencional

C. PRESIDENTE DE LA REPUBLICA.
LIC. DON JOSE LÓPEZ PORTILLO Y PACHECO
PALACIO NACIONAL
P R E S E N T E
México D.F., a 28 de octubre de 1980

Señor Presidente:

Adjunto a la presente un artículo sobre el aborto (recortado y reestructurado) que intenté publicar en "El Heraldo" sin éxito hace un par de meses.

Sigo pensando que su publicación es indispensable, pero como a usted consta siempre he creído más en la eficacia de la intervención presidencial que en la fuerza de la opinión pública.

Si en este artículo se encuentran razones que no hayan sido aducidas en el debate camaral ¿que mejor que hacerlas llegar? Y ¿cómo darles mayor autoridad que si el mismo señor Presidente las enviara?

Vivimos en un país en el cual lo que importa no es lo que se dice, ni siquiera cómo se dice, sino primordialmente QUIEN lo dice.

Por consiguiente, si usted tuviera a bien hacer y presentar como suyas ideas o párrafos del artículo que adjunto me haría usted un gran honor, pero sobre todo ¿cuánto más no habrá de pesar para bien de México la voz presidencial que la de un ciudadano que apenas alcanza un criterio adecuado y una buena voluntad?

Confiando en lo que le dicte su gran patriotismo y en espera de su resolución, me es grato quedar de usted

Luis de G. Osio y Rivas (Rúbrica)


¿LEGALIZAR QUE.?!?


¡Veamos!

I

No existe signo más apocalíptico para marcar el momento en que vivimos que la pretendida despenalización del aborto.

Ni la bomba nuclear ni el terrorismo se le pueden comparar en sus funestas consecuencias.

Porque lo que está en juego es ni mas ni menos que el concepto, sagrado, de la vida humana; y la práctica, ley penal, de su respeto.

La vida humana o es sagrada o no lo es.

No hay términos medios.

Si hemos de aceptar socialmente el derecho de la mujer a asesinar a sus propios hijos, si hemos de permitir que una simple conveniencia de prostitutas venga a presidir nuestro Código Penal, ¿Qué será lo que nos quede por permitir, por aceptar en complicidad?


Nunca en la historia de México habíamos tenido una llamada mas fuerte a la acción, porque el mal tiene tan solo dos vías: la malicia activa y la cobardía pasiva.

II

¿Qué un feto, después de todo, no es más que una simple promesa de vida humana?

¿Qué es entonces la vida de un adulto? - ¿Acaso no es también tan solo promesa de vida humana? Y, cercenar esa promesa ¿No es lo que todos conocemos como homicidio?

La vida humana o es sagrada o no lo es.

¿Qué se intenta con esta despenalización, carta de ciudadanía, o legalización del aborto?

Una sola cosa: nuestra complicidad.

Porque ni usted ni yo tenemos la menor culpa de los abortos, homicidios, y demás delitos que se cometen clandestinamente, en la oscuridad. Pero tenemos culpa, total, si no nos oponemos a los que se cometen a la luz del día.

El mal está incapacitado para extenderse, para convertirse en mal moral si no encuentra un respaldo en la libertad y conciencia humanas, ya que el mal tiene tan solo dos vías: la malicia activa y la cobardía pasiva.

Prepárese usted a actuar, o a cargar con la culpa.


¿Que qué puede usted hacer? Algo. Será su conciencia quien le informe si ese "algo" fue o no suficiente.


III

Y las razones que intentan hacer valer....

¡Que tantas mujeres mueren por practicar el aborto en condiciones antihigiénicas!....¿De veras? ¿Hablarán en serio?

¿Tanta preocupación porque el delincuente no vaya a sufrir daño en la comisión misma de su crimen?

¿Será el próximo paso el desarmar a la población para que un "pobre ratero" no vaya a resultar herido por el "solo hecho" de intentar un robo a domicilio a media noche, o para evitar que "un pobre asesino a sueldo" vaya a resultar herido por el "cruel" practicante de la defensa personal?

¿En eso va a parar nuestro derecho penal?

¿Se defenderá al delincuente contra su víctima? Y no solo eso, ¿sino hasta contra las circunstancias fortuitas que independientemente de su víctima le puedan alcanzar como consecuencia de la comisión de sus delitos?

Si se ha dejado de tutelar la vida ¿Se podrá todavía tutelar lo demás?

Porque todo lo que no está prohibido está permitido, y porque quien permite lo más, ¡con mayor razón permite lo menos!

La vida humana o es sagrada o no lo es.

Por ser el derecho una entidad general y abstracta, requiere para existir de lógica y congruencia; es decir, de su racionalidad. Quien atenta contra estas características atenta contra su existencia misma.

Y quien atenta contra el derecho atenta contra la civilización; y por consiguiente contra todo progreso, contra todo el futuro de la raza humana.

La carta de naturalización, y ciudadanía al aborto, como medio para demoler toda la estructura jurídica del país es lo que todos conocemos por un "atajo".

Se requiere por esto que los verdaderos juristas se pongan de pie, en defensa del derecho.



IV

Admitir que se pueda interrumpir deliberadamente una vida por que tan solo comienza, es admitir mayormente que se ponga fin a las que terminan.

Una vez que la vida humana ha perdido su carácter sagrado para la sociedad, una vez que la simple conveniencia de cualquier prostituta se ha erigido como valor superior a la vida, como razón válida para que se cometa homicidio, ¿que razón habrá quedado que lo impida?

Una vez aceptado el "derecho" a destruir un feto de menos de tres meses ¿que impedirá que el plazo se prorrogue a nueve, o a niños de menos de dos años?

¿Acaso lo que tan solo es promesa de vida humana a los dos, o treinta años, no lo es también desde el primer minuto de su concepción?

¿Qué fin se asignará a los que cumplan sesenta años y comiencen a estorbar? ¿Que suerte seguirán los locos y los retrasados mentales?

Aceptando la carta de ciudadanía del aborto se está otorgando la misma carta de ciudadanía a toda forma de homicidio. Se están sentando las bases mas firmes para que el "estado" elimine a todos sus enemigos, pues si esa es la tutela que merecen los inocentes, tan inocentes que ni siquiera han nacido, ¿que tutela merecerán los culpables?

¿Habrá un solo hombre cuerdo que pueda dormir tranquilo con tal legislación?



V

Si alguien tiene derecho a asesinar a un inocente con mayor razón tiene cualquiera el derecho de robarse un automóvil.

Si basta con la conveniencia de una prostituta para que se legitime la destrucción de una vida humana, con mayor razón queda legitimado un asaltante para ultimarlo a usted y llevarse sus bienes para saciar el hambre de sus hijos.

Porque quien permite lo más con mayor razón permite lo menos. Si esta es la tutela que merece la vida ¿qué tutela merecerán los bienes materiales?

Ya escuchamos por ahí a un hipócrita: "Toleraremos el aborto, pero no el robo". Y yo le pregunto: ¿ Y con que lógica? Por que quien no alcanza ni lógica ¿cómo alcanza tolerancia, o quien es él para tolerar?

Los que piensan que una nación puede subsistir con una legislación tal no piensan. Los que sean capaces de creer que una nación puede subsistir legitimando el aborto serán capaces de creer que no sufrirían daño si se les implantara un tumor canceroso; ¡serían capaces de creer cualquier cosa!

Ser así, por supuesto, ni es pecado ni se quita.

¡Que no se han desplomado las naciones que han legalizado el aborto! Espérese.

¡Que no ha conducido a que se legalice el robo!

Vea usted como aumenta la criminalidad, o ¿acaso no basta con que se sienta justificado el ratero? Si se ha autorizado la matanza de inocentes ¿acaso él está haciendo algo de verdad perverso o siquiera condenable?


VI
Por legitimar un solo delito quedan legitimados todos; porque en este caso, el delito que se pretende legitimar es el mayor de todos: ¡La matanza de los inocentes!

Con la legitimación del crimen introducido en la relación social primaria, la relación madre-hijo, se legitima el crimen en toda relación humana.

Si ya no se puede confiar ni en esa relación, ¿en cuál otra se podrá confiar?

Qué valor habrá quedado en la hermandad, en la amistad?

¿En quién podremos confiar, cuando la sociedad entera depende del crédito para no desmoronarse? El veneno podrá ser mas o menos lento, pero será seguro.

Jamás en la historia se había intentado una maniobra más letal contra la nación mexicana, y jamás por un enemigo mas extraño.

Todos los males se seguirán como consecuencia de éste. Todos se seguirán y en estricta justicia contra quienes no actúen en defensa de lo más sagrado.

Lo que está en juego no es solo la vida de niños inocentes, sino todo el futuro de México.

Porque lo grave nunca ha sido la pobreza o el subdesarrollo, sino la decadencia, y esta se ha medido siempre por la tolerancia al mal.

Hay algo mas grave que la destrucción nuclear de un pueblo, y esto sería que ese pueblo hubiera caído tan bajo que su destrucción ya ni siquiera fuera de lamentarse.

Hemos tolerado el mal en demasía. Lo hemos tolerado hasta en la desmedida publicidad al aborto, ya tan mala en sí como su legitimación.
VII

Hablan mentirosos de millones de abortos al año, confirmados según dicen por estadísticas. Con razón decía Disraeli que hay tres tipos de mentiras: Las mentiras, las mentiras malditas, ¡y las estadísticas!

Lo dicen amparados en la cifra misma, sabiendo que mientras más grande sea esta, menos comprobable será para ciudadanos como usted o como yo. Se miente por tanto usando el tamaño de la mentira misma para impedir que se dude de ella, para impedir que alguien intente siquiera comprobar el dato.

Se miente no solo para "justificar" la pretendida "legalización", sino sobre todo para promover su práctica y justificarla.

Quienes han armado y sostienen la alharaca sobre el aborto conocen bien las disculpas y debilidad de la naturaleza humana; Si tantas lo hacen....no debe ser tan malo. Si tantas lo hacen por que yo no. etc., etc.

Saben bien como embotar y destruir la sensibilidad moral. Saben que el espíritu humano primero se conmociona y reacciona, después se acostumbra, y finalmente se embota y termina por despreciar hasta lo que antes tenía por sagrado.

Saben bien que ya han ganado mucho. Saben que ya lograron infligir a la nación daños irreversibles. Saben que han logrado erosionar al menos lo que siglos de cultura tomó construir en el hombre.

Han usado de esta pretensión a la legalización como de la pornografía, para perenne, continua y pública degradación del sexo, de la mujer, de la maternidad, y del ser humano.

Lo han hecho sin encontrar oposición.

Tenemos la obligación de pararlos.

¡A como de lugar!
Blogged - 7/12/06